Reacher: sujétame la Budweiser. Serie para HOMBRES, J****!!!

Reacher: sujétame la Budweiser. Serie para HOMBRES, J****!!!

Hace poco leí la expresión “dad tv” en algún artículo en inglés. Hablaban precisamente de esta serie. En mi cabeza, rápidamente se materializó un señor estadounidense, gordo, de treinta y pocos, pero que aparenta cincuenta, con un par de hijos pequeños y un trabajo como constructor o algo así, manchándose las manos y con la raja del culo al aire el 80% del día. Lo imagino aparcando su camioneta en el porche de su casa de Milwaukee, cenándose la comida que le haya dejado su mujer y zampándose cuatro Budweisers en el sofá del salón (a no ser que se baje a su “man cave” del sótano) mientras se pone sus capitulitos de REACHER. Y es que sí, esta serie le va como anillo al dedo al republicano imaginario que me he montado.

Vamos con la serie. El protagonista es una especie de Arnold Schwarzenegger moderno, un militar retirado (huele a Tom Clancy) que tiene un gran corazón, pero al que no le importa repartir unas hostias, y que vaga por los Estados Unidos buscando deshacer entuertos y desmontar mafias criminales. En el artículo al que me he referido antes, decían también que la serie era “hipermasculina, pero no tóxica”. No sé si lo dicen porque también hay un par de señoras que reparten hostias, pero tampoco le veo mucho sentido. La trama de todas las temporadas, una vez más, se repite como disco rayado. Comenzamos con el tipo este, al que todo el mundo se refiere como gigante, hombretón, enorme, fortísimo… De verdad que son pesadísimos, en la primera temporada no podían pasar tres minutos sin que alguien en la serie comentara lo grande y fuerte que es Reacher. Que sí, joder, un tío grande hinchadísimo a esteroides, pues nada nuevo, pesados. Reacher, la testosterona y el clembuterol que se mete son los tres protagonistas corales, y luego ya vienen las tías (se folla a una diferente cada temporada, pero en relaciones románticas monógamas y todo desde el respeto), los villanos (que suelen ser policías o alcaldes corruptos, mafiosetes de poca monta y así) y algunos personajes secundarios que van y vienen. Además de fuerte, nos quieren hacer pensar que el tal Reacher es inteligentísimo también, una especie de Sherlock Holmes al que no se le escapa ni una, que de un vistazo ya se da cuenta de que estás divorciado porque no te planchas las camisas o de que tienes cuatro hijos porque tienes ojeras. Una gilipollez, vaya. Y aunque sea listísimo, a Reacher le cuesta pillar las tramas: que si falsifican dinero, pero en vez de traerlo de fuera lo sacan, que si están vendiendo misiles a potencias extranjeras y van a atentar contra USA… lo mismo de siempre, vamos.

Los únicos rasgos que podría salvar, y que me hacen algo de gracia, son el hecho de que quieran representar al protagonista como a un vagabundo que solo tiene un cepillo de dientes; y el poco respeto que tiene Reacher por la vida de los malos, aun habiendo sido policía militar. El tío ya puede colaborar con el FBI o con unos policías paletos de pueblo, que nadie le chista si le da por empalar a unos dominicanos o troncharle las piernas a unos adolescentes malotes. Él lo hace porque está en el lado del bien, GOD BLESS AMERICA y todo ese rollo.

Así que, como conclusión, pues mira, qué quieres que te diga. Creo que algo de razón tienen en lo de que es una serie de padres, pero a veces solo quieres algo ligerito que tenga sus dosis de violencia, masculinidad (frágil) y tramas de guionista en huelga. Le voy a poner un 5,9, fíjate tú, por joder.

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